En contacto con la 650 AM, el presidente de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), Alberto Martínez Simón, anunció que abrirá una investigación tras las numerosas denuncias realizadas sobre los juicios en fuero de la niñez y la adolescencia, que operarían en medio de dilación y chicanas, presentadas ayer durante el programa “La Caja Negra”, emitido por Unicanal.
“Vamos a estar remitiendo un oficio a Unicanal pidiendo la remisión en formato digital del programa de anoche, para iniciar las investigaciones preliminares. Las mismas podrían conducir a la instrucción de un sumario, en base a los datos que relevemos”, aseguró el presidente de la máxima instancia judicial.
Martínez Simón sostuvo que es de suma importancia la colaboración de la prensa, en especial de investigación, para poder investigar casos que pudieran presentar algún tipo de irregularidad.
Asimismo, aclaró que lo que realizan desde la Corte Suprema está vinculado mayormente a la funcionalidad de los organismos y “cuidar ese ámbito de independencia, que deben tener los jueces para resolver las causas que son muy complejas”. Sin embargo, recalcó que cuando se dan denuncias sobre presuntas irregularidades, actúan de forma inmediata.
Denuncian presunto perverso esquema judicial
Los desgarradores testimonios de madres y padres afectados, recogidos por el equipo de “La Caja Negra”, desnudarían un perverso esquema judicial, que estaría operando desde hace años en el Poder Judicial y respondería al mejor postor, en detrimento del interés superior del niño.
Las víctimas solicitan a la Corte que audite las causas de la jueza y abogada, Lucila María Luisa Bajac Cazal, quien se encuentra a cargo del Juzgado de la Niñez del Quinto Turno en la capital.
La magistrada tendría en su despacho varios procesos en los que la justicia nunca llegó o llegó demasiado tarde. De acuerdo a las denuncias presentadas, el esquema judicial operaría con la confabulación de abogados, psicólogos y funcionarios judiciales.
Llamativamente todos los casos analizados, tienen en común la participación de la abogada Fátima Flor de Buccini y la psicóloga Sonia Salazar.
Este esquema arranca habitualmente con arrebato o secuestro del menor. A partir de ahí se desencadena una serie de acciones, que van dilatando el juicio en el fuero de la niñez, como las denuncias penales por maltrato y violencia doméstica, intento de abuso y las recusaciones, que se vuelven interminables.
A la par que el progenitor acusado presenta su defensa en el fuero penal, se inician las chicanas en el Juzgado de la Niñez. De acuerdo a los testimonios, la abogada propone la intervención de la psicóloga Sonia Salazar, quien se encarga de presentar informes psicológicos, que prácticamente anulan la posibilidad de que se establezca un régimen de relacionamiento a favor de la contraparte.
Testimonios desgarradores de progenitores que fueron víctimas de este esquema
Muchas de las historias presentadas en el programa relatan las atrocidades cometidas por jueces y abogados en servicio, donde por dinero causan un daño irreparable al menor. Los años pasan y la justicia nunca llega o llegó demasiado tarde, dejando a su paso familias destrozadas para siempre.
1.200 días, 300 días, 7 años, incluso hasta 11 años, son algunos de los plazos en los Tribunales de la Niñez para resolver los juicios de relacionamiento. ¿Cómo se explica que en este tipo de juicios duren años e incluso nunca lleguen a resolverse?
– Primer testimonio: Litigó 9 años y le sacaron la tenencia de sus 4 hijos en el Juzgado de Lambaré. Recuperó el contacto con solo una de ellas.
«Tuve que ver cómo mis hijos eran maltratados, manipulados y obligados a mentir. La jueza no sirve para nada y el Código de la Niñez es letra muerta. Les destruyeron la niñez y la adolescencia a mis hijos«, expresó la madre.
La mujer sostuvo que le hicieron creer cosas a sus hijos, menores de edad en ese entonces, “yo no hice nada de lo que se me acusó”, manifestó. “Juegan con los niños, los destrozan, les funden la vida. La abogada y los psicólogos no tienen piedad”, aseveró la mujer.
El abogado Juan Martín Barba explicó que la madre del testimonio, fue acusada por abuso sexual a sus hijos y por ello perdió el contacto con los mismos, pese a que la denuncia fue desestimada por la Fiscalía. “Con esa denuncia consiguieron cortar relacionamiento con sus hijos«, expresó el representante legal.
– Segundo testimonio: No ve a sus hijos hace 1.200 días y está litigando hace 8 años. Empezó su calvario en el año 2.012 cuando busqué algún tipo de relacionamiento con mis hijos.
«Lo que más siento es el daño que le están haciendo a mis hijos. No pude felicitarlos en sus cumpleaños«, expresó el padre, víctima del esquema.
“Esta justicia lo que menos busca es fortalecer el vínculo. Preferiría que saquen una sentencia en mi contra, que diga que realmente soy un mal padre. No tienen nada en contra mío”, aseguró el progenitor.
«No tienen nada en contra de él (segundo testimonio) para sacar una sentencia. Si tuviesen méritos, no estarían chicaneando. El expediente se llega a auditar y creo que medio Poder Judicial cae«, manifestó el abogado Juan Martín Barba.
– Tercer testimonio: No ve a sus 3 hijos hace 7 años. Les sacaron de su casa, un día en que la madre no se encontraba y nunca más vivieron con ella.
La mujer relató que luego de que ella se haya separado del padre de sus hijos, él juró que iba a dejarle sin hijos. «El padre me dijo que haría todo para fundirme y quitarme a mis hijos«, expresó la madre, víctima del esquema.
– Cuarto testimonio: No ve a su única hija hace 320 días y acusa al padre, un alto funcionario público, de utilizar su influencia para manipular la justicia.
La madre, víctima del esquema, afirma que “hay una rosca en el sistema judicial”. “Soy una madre dedicada a mi hija, con quien tenía una buena relación”, asegura la mujer.
“A pesar de todas las amenazas que recibo por parte de este hombre, hoy debido hacer público esto, para que otras personas no pasen por esto”, manifestó la madre.
La abogada Eva Whitte relató el caso. Explicó que la niña fue arrebatada de su madre, quien fue imputada por un supuesto raspón producido por un peine de plástico.
